El municipio de San Lorenzo - Nariño, se declara como un Territorio Libre de Transgénicos

En Colombia, el maíz es uno de los pilares de la alimentación, siendo uno de los centros de mayor diversidad de maíz en el mundo, con 23 razas ancestrales de maíz y cientos de variedades fundamentales para la cultura y la alimentación de los pueblos. La introducción de las semillas y alimentos genéticamente modificados (OGM) o también llamados transgénicos implica un riesgo de contaminación genética de los maíces ancestrales. Actualmente esta tecnología ha sido censurada a nivel mundial por no contar con la certeza suficiente frente a sus efectos en la naturaleza, la agrobiodiversidad y la salud pública. No solamente crecen las evidencias científicas de sus efectos en la salud humana, sino también en otros aspectos como el deterioro de la economía campesina, en la pérdida de los conocimientos y las prácticas culturales ancestrales, creando una dependencia y minando la soberanía alimentaria de los pueblos. Esto nos obliga asumir responsabilidades sobre ese legado cultural.

En muchas partes del mundo se han creado zonas, incluso hay países, libres de transgénicos. En Colombia, en el año 2009, el resguardo indígena Cañamomo - Lomaprieta del municipio de Riosucio - Caldas, declararon su territorio libre de transgénicos y el municipio de la Unión – Nariño hace el mismo proceso en el 2012.

En el municipio de San Lorenzo en el año 2012 se afianza el trabajo de recuperación de semillas de maíz criollo y se empieza a generar incidencia en el Plan de Desarrollo Municipal para que San Lorenzo sea declarado como territorio libre de transgénicos. Desde entonces se han emprendido diferentes acciones de recuperación y producción de semillas de variedades criollas de maíz, que permitan que esta propuesta de protección sea efectiva. Para el año 2016 y 2017 ya se cuenta con una producción suficiente que permite realizar préstamos o donaciones de semillas de maíz criollo a la comunidad, con el fin de recuperar la cultura de siembra de maíz para el autoconsumo y que tenga necesidad de introducir semillas y/o alimentos de procedencia desconocida. 

Los territorios libres de transgénicos (TLT) son zonas en donde sus pobladores buscan la protección de sus territorios, de sus semillas criollas, de sus sistemas tradicionales de producción y cultura alimentaria. La Semilla se entiende como un bien común, un derecho y un patrimonio de los pueblos.

Básicamente se trata de utilizar el principio de precaución, parte de la legislación colombiana y del derecho internacional: “…cuando una actividad se plantea como una amenaza para la salud humana o el medio ambiente, deben tomarse medidas precautorias aun cuando algunas relaciones de causa y efecto no se hayan establecido de manera científica en su totalidad” (Arcila, 2009, p.5).

Con la aprobación del acuerdo, la autoridad municipal se compromete a crear e implementar una política pública que fomente e impulse propuestas productivas que permitan la permanencia de la economía campesina en el campo, el fomento de los sistemas de producción, intercambio, conservación, comercialización, almacenamiento y mejoramiento de semillas locales nativas y criollas y de los conocimientos y prácticas ancestrales sobre la diversidad, así como a establecer una política pedagógica y de divulgación sobre esta declaratoria, fortaleciendo e impulsando proyectos ecológicos, educando sobre la diversidad biológica del territorio, las semillas nativas y criollas y los peligros de los OGM.

Un aspecto importante es que se compromete a ejercer funciones de inspección, vigilancia y control de los productos e insumos agropecuarios o alimenticios con el fin de que no se presenten OGM en la cadena de producción y distribución de alimentos sin autorización y se prevenga el engaño a los consumidores por parte de fabricantes de productos que declaran ser libres de OGM o que den información errónea. 

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